En
la puerta de la sala de juegos un cartel reza: “Cuidado, niños imaginando”
Normas
en la sala de juegos: “No imaginar guerras, solo besos”
Entrar
en la habitación de juegos arrasando, cual Godzilla, el mundo jurásico de dinos
cuellilargos y el club de campo de Barbie.
En
la habitación de juegos el explorador del amazonas y la bailarina exótica
llevan los labios manchados de chocolate.
Hora
del té en el salón de juegos: cogían la tacita con el pulgar estirado y el té
de aire sabía a gloria.
En
la sala de juegos la niña fabrica joyas: rubíes verdaderos pintados con
rotulador rojo pasión.
El
niño jugaba a escalar el Everest. Subía por las piernas de su padre hasta los
hombros. Allí se sentó a descansar y sintió frío.
En
su pequeño pueblo entre montañas, tan lejos del mar, el niño no sabía cómo
jugar a los piratas.
El
oso de peluche perdió una pata en la guerra contra los niños piratas. Su sangre
de serrín cubría la arena de la playa imaginaria.
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