jueves, 25 de junio de 2015

Vergüenza. Alberto Sánchez Argüello. Microrrelato.

Era noche de luna nueva cuando Esther fue interceptada por tres hombres a una cuadra de su casa. Se la llevaron a un callejón y la violaron repetidas veces antes de acuchillarla. Un par de horas más tarde, Esther se levantó y caminó hasta su hogar. Entró en silencio,se cambió de ropa, cocinó y sirvió la comida. 
En el comedor, su esposo notó el goteó rojo del estómago y la condujo de inmediato a emergencias. Los médicos intentaron suturarla, pero no pudieron contener la hemorragia. La sangre se fue acumulando en pasillos y cuartos hasta inundar el hospital y luego el barrio. Llegaron los bomberos y comenzó la evacuación. 
Los canales locales de televisión mostraron lagos púrpuras que entraban a las casas y centros comerciales. Un mes después, helicópteros militares rescataban sobrevivientes en todo el territorio y el presidente cerraba un trato migratorio con países vecinos. 
Los últimos testigos que vieron a Esther, dicen que estaba en el techo del hospital, pidiendo disculpas, muerta de vergüenza.




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