jueves, 30 de julio de 2015
El alma que venía todas las noches. Harold Kremer. Microrrelato.
Dicen que son almas en pena porque aquella noche el hombre salió de la habitación con una linterna prendida gritando a todo pulmón quién anda por ahí y buscó por toda la casa llevándose las cosas por delante y hasta dándole de patadas a las puertas para irrespetar de una vez el sueño de los inquilinos que se levantaron a decirle que los dejara dormir por qué te levantás a joder a la una de la mañana pero él insistía que por allí andaba lo estoy oyendo y José que le decía debe ser un sueño que soñaste o es un sueño de otro que se te metió por los ojos y él sin mirarlos volteaba los muebles y se metía a los cuartos a esculcar entre los armarios no me jodan que lo estoy oyendo desde hace mucho tiempo para que dejara de gritar pero aún así gimió toda la noche y tuvo a la gente despierta turnándose para cuidarlo y verlo llenarse de esa babaza que le salía por los poros como un poseído del demonio y cuando llegaron ellos dicen que ya tenía los ojos como de loco sí girando en las órbitas pero se lo llevaron con todo y su babaza aunque les dejó la pátina de su miseria al no llevarse con él el alma que venía todas las noches a buscarlo y que ahora viene a joderlos a despertarlos para sentarse a llorar junto a sus camas y preguntarles por él que dónde está que se lo vuelvan a traer.
Imagen: La locura o el tormento de llamarse nada, lienzo de Juan M. Carrasco. Venezuela.
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