Dentro
de esa jaula de grandes proporciones pasta tranquilamente una rara
especie. Ningún letrero la anticipa. Algunos expertos en zoología
señalan que se trata de un pegaso sin alas, otros afirman que es un
unicornio sin cuerno. La gente sencilla, que se arremolina en el
lugar, prefiere decirle caballo.
El más extraño de los animales prodigiosos. René Avilés Fabila, 1995.
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