Un
hombre persigue al Pájaro de la Felicidad durante meses y años, a
través de nueve montañas y nueve ríos, venciendo endriagos y
tentaciones, tolerando llagas y desdichas. Antepone la búsqueda del
Pájaro a toda otra ambición, necesidad o deseo. El tiempo pasa y
pesa sobre sus hombros pero también el Pájaro envejece, sus plumas
se decoloran y ralean. Lo atrapa en un día frío, desgraciado. El
hombre es anciano y está hambriento. El pájaro está flaco pero es
carne. Le arranca sus plumas todavía azules, con cuidado, lo espeta
en el asador y se lo come. Se siente satisfecho, brevemente feliz.
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