Ahíta
después de comerse a Hansel y Gretel, abandonó a toda prisa la
casita de chocolate para acudir al palacio de una bella princesa y
entregarle un huso que la dejó dormida, de allí a la casa de una
tal Caperucita donde le informaron que llegaba tarde y habían puesto
a un lobo, corriendo acudió al bosque para ver a Blancanieves y
darle una manzana emponzoñada… En su casa, se quitó los pesados
zapatos, y mientras descansaba en la mecedora rogó a dios que
llegase pronto el realismo…
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