La
jocosa mitología de los campamentos de hacheros de Wisconsin y
Minnesota incluye singulares criaturas, en las que, seguramente,
nadie ha creído.
El
Hidebehind siempre está detrás de algo. Por más vueltas que
diera un hombre, siempre lo tenía detrás y por eso nadie lo ha
visto, aunque ha matado y devorado a muchos leñadores.
El
Roperite, animal del tamaño de un petiso, tiene un pico
semejante a una cuerda, que le sirve para enlazar los conejos más
rápidos.
El
Teakettler debe su nombre al ruido que hace, semejante al del
agua hirviendo de la caldera del té; echa humo por la boca, camina
para atrás y ha sido visto muy pocas veces.
El
Axebandle Hound tiene la cabeza en forma de hacha, el cuerpo
en forma de mango de hacha, patas retaconas, y se alimenta
exclusivamente de mangos de hacha.
Entre
los peces de esta región están los Upland Trouts que anidan
en los árboles, vuelan muy bien y tienen miedo al agua.
Existe
además el Goofang, que nada para atrás para que no se le
meta el agua en los ojos y es del tamaño exacto del pez rueda, pero
mucho más grande.
No
olvidemos al Goofus Bird, pájaro que construye el nido al
revés y vuela para atrás, porque no le importa adónde va, sino
dónde estuvo.
El
Gillygaloo anidaba en las escarpadas laderas de la famosa
Pyramid Forty. Ponía huevos cuadrados para que no rodaran y se
perdieran. Los leñadores cocían estos huevos y los usaban como
dados.
El
Pinnacle Grouse sólo tenía un ala que le permitía volar en
una sola dirección, dando infinitamente la vuelta a un cerro cónico.
El color del plumaje variaba según las estaciones y según la
condición del observador.
Libro de los seres imaginarios. Borges y Margarita Guerrero, 1957.
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