Lo escribo tal y como me lo
contaron. Luis es ciego de nacimiento. Trabaja en la ONCE. Desgraciadamente,
los padres de Luis sufrieron un accidente mortal en la M-30. Un autocar —le
fallaron los frenos— arrolló por detrás el Seat en el que iba el matrimonio.
Desde entonces, Luis vivió con sus abuelos maternos. Cuando Luis cumplió
dieciocho años, sus abuelos, preocupados porque sabían que, más pronto que tarde,
ellos también se irían de este mundo, le compraron al chico un magnífico pastor
alemán, «Barry», para que cuidara de él. Y eso hizo Barry durante una década.
Hace un par de días, Barry agonizó en la clínica Cerbero, en la Avenida del
Mediterráneo. Lo que Luis nunca supo, hasta ayer, cuando la veterinaria Luisa
Villarejo se lo comunicó, es que Barry también era ciego.
Insert Coin. José Luis Garci, 2018.
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