Nací
con el siglo pasado, como otras mujeres de mi aldea.
Cuando
constatamos que en una mujer todos los caminos se queman, fundamos
una hermandad. Nos escondíamos en el ático para practicar la
escritura secreta llamada Nu-Shu. En abanicos y pañuelos, en
cuadernos cuidadosamente plegados estampamos textos de nuestro
sistema de escritura y también lo ocultamos en muestras de bordados.
Pincel en mano, aguja en mano, evocábamos el cielo de la niñez
anterior a la miserable vida matrimonial. Para cada una de nosotras
todo empezó cuando nuestros padres dieron a un desconocido un papel
rojo con la fecha de nacimiento escrita, como prueba del compromiso.
A mí me cambiaron por una vaca...
Transcurrió la historia,
los ejércitos pasaron y cambiaron uniformes, mas todos buscaron
nuestra escritura Nu-Shu decididos a destruirla...
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