viernes, 6 de marzo de 2020

Los dos magos. Harold Kremer.

El empresario anunció el gran espectáculo: los dos magos realizarían sus actos al mismo tiempo.
Y lo hizo así: a un lado de la pista del circo se anunciaba con letras de neón al gran Salomón con sus secretos milenarios, y al otro lado, a la izquierda, separado por 30 metros, se encontraba el magnífico Ulises, heredero de Merlín.
Para no dar ventaja a ninguno de los dos el presentador tocaba la campana y los magos empezaban la función. El gran Salomón, levantaba a su ayudante por el aire y la hacía volar por encima del público para retornarla luego a su lado. El magnífico Ulises con sólo golpear su varita mágica sobre el sombrero, sacaba un elefante y también lo hacía volar por encima del público.
Los dos eran tan buenos que el público no sabía a quién mirar, a quién aplaudir ni a quién vitorear y bien pronto empezaron a dividir sus afectos, a boicotear, los del lado izquierdo, al gran Salomón, y los del lado derecho, a el magnífico Ulises.
Pronto la declaración de guerra tocó a los dos magos: una noche el elefante volador del magnífico Ulises golpeó accidentalmente a la ayudante del gran Salomón, dejándola con cuatro costillas rotas e innumerables heridas. Para vengarse el gran Salomón, en el siguiente acto, convirtió al elefante en un murciélago sin rumbo que se fue a estrellar contra uno de los postes de los malabaristas.
Al día siguiente cuando el público del lado izquierdo aplaudía y gritaba el nombre del magnífico Ulises por la aparición que hizo de un tren rodando sobre la pista, el gran Salomón con uno de sus pases mágicos los convirtió en gallinas que cacareaban y volaban por las graderías. Entonces el magnífico Ulises convirtió al público del lado derecho en gordos gusanos que fueron devorados rápidamente por las gallinas. Pero cinco gusanos olvidados fueron convertidos por el gran Salomón en cinco pumas hambrientos que devoraron a las gallinas, y una gallina que logró huir de las graderías fue convertida en un cazador que mató a los pumas, y el cazador fue fulminado por un rayo que le lanzó el gran Salomón.
Cuando el empresario salió a controlar la situación encontró la carpa vacía. Del lado del gran Salomón sólo quedaba una varita mágica y del lado del magnífico Ulises un sombrero de copa que giraba sobre sí mismo en la pista de arena.


 

5 comentarios:

  1. Me parece un cuento bastante interesante ya que a mi me gusta bastante la magia.

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  2. Me parece un cuento bastante interesante ya que a mi me gusta bastante la magia

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    1. Hola. Me alegro de que te gustara el cuento, pero no has seguido las indicaciones para hacer correctamente el ejercicio. Debías leer un cuento escrito por tu profesora, para ello tenías que ir al listado de nombres, a la derecha y buscar el de tu profesora.
      Saludos, Paula.

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  3. Me parece interesante porque no me he leido muchos "microrelatos" de Magos

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    1. Me alegro de que te haya gustado. Pero no has seguido correctamente las instrucciones de la tarea. El cuento que debías comentar debía estar escrito por tu profesora. Busca a la derecha, en el listado de nombres, el de tu profe, y lee uno de sus micros, el que tú quieras.
      Saludos, Borja.

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