Ahora tiene más rutina en el asunto. Eso sí, mientras empolla se le suben los humos a la cabeza. Todo huevo lleva su sol dentro, nos dice muy solemne y nos obliga a girar en su órbita. Por mi parte, me estoy reorganizando. Nuestra vaca Primavera ya está muy vieja.
El perro que comía silencio, 2011.
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