Los siameses son dos islas que
nacieron península, dos seres rodeados de mundo por todas partes
menos por una, precisamente aquella por la que se unen a un
continente mismo y distinto a la vez; a un destino que, sin ser el
propio, se ha fundido con el suyo y los aúna.
Los siameses son dos promesas de
vida reunidas en una sola, dos torrentes que confluyen en única
energía, dos destinos ligados por la carne y la materia, dos eternas
reivindicaciones de libertad e independencia abolidas por el gen que
los vincula y los coliga.
Son cera y albayalde, Cástor y
Pólux en coito eterno y estelar. Los siameses son la tabla del dos
sin resolver, una doble incógnita que no puede despejarse, son una
ecuación de vida con doble resultado y se suelen mirar a los ojos
para intentar adivinar cuál de los dos arrastrará al otro hasta la
muerte.
Bestiario de circo, 2003.
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