lunes, 5 de diciembre de 2022

Microfábula (P de suPernumeraria). Luisa Valenzuela.

Pterodáctilos, paquidermos y palmípedos, la plena patota, pasean sus pasmadas pintas por las páginas del pasquín pituco protestando porque pidieron permiso para poder poner las patas en la pileta de Parque Palermo pero prohibiéronselo. Perros de pocas pulgas los putearon, a patadas los piantaron del parque.
Protegidos por Ptolomeo —pseudónimo del psicólogo— pterodáctilos, paquidermos y palmípedos pierden la paciencia. Ponen pies en polvorosa y parten a los pedos para otra parte pública del planeta. Parecen perdidos, platican pelotudeces. Pronto piden perdón por no poder permanecer pasivos y persistentes pónense las pilas, pecando por promiscuidad. Porfiados perversos polimorfos, se aparean plenamente pariendo poco a poco personajes perfectos para su propósito. Pájaros de pico prehistórico, plúmbeo plumaje pesadísimo y patas de pato: los pelícanos.


Moraleja:
De las más estrambóticas uniones pueden nacer criaturas sorprendentes
o
No hay mal que por bien no venga.


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