lunes, 20 de febrero de 2023

Acrobacia. Juan Romagnoli.

El trapecista, allá en lo más alto, hace una reverencia a ese público que no ha dejado de vitorearlo y se alista para su destreza de cierre. Los tamboriles redoblan. El clima se tensa. Al momento del salto, la respiración del público se contiene. Con los brazos y los ojos abiertos, el trapecista parece volar. Es su momento sublime. Quince metros más abajo, el cuerpo impacta contra el piso de concreto de la pista: Coyunturas dislocadas, huesos rotos, sangre por doquier. El público queda azorado. Un médico corre a constatar aquello que todos sospechan. Segundos después, con gesto austero, lo confirma. La multitud estalla en aplausos.


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