Me llevo un paquete vacío y
arrugado de cigarrillos Republicana y una revista vieja que
dejaste aquí. Me llevo los dos boletos últimos del ferrocarril. Me
llevo una servilleta de papel con una cara mía que habías dibujado,
de mi boca sale un globito con palabras, las palabras dicen cosas
cómicas. También llevo una hoja de acacia recogida en la calle, la
otra noche, cuando caminábamos separados por la gente. Y otra hoja,
petrificada, blanca, que tiene un agujerito como una ventana, y la
ventana estaba velada por el agua y yo soplé y te vi y ése fue el
día en que empezó la suerte.
Me
llevo el gusto del vino en la boca (Por todas las cosas buenas,
decíamos, todas las cosas cada vez mejores que nos van a pasar).
No
me llevo ni una sola gota de veneno. Me llevo los besos cuando te
ibas (no estaba nunca dormida, nunca). Y un asombro por todo esto que
ninguna carta, ninguna explicación, pueden decir a nadie lo que ha
sido.
Vagamundo, 1973.
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