viernes, 25 de julio de 2025

Lazos. Beatriz Carilla Egido.

Ella convirtió el campanario de la iglesia en observatorio de mi infancia y adolescencia. Me seguía a todas partes, transmitiéndome seguridad. Conocía a mi familia, amigos, vecinos. Sabía de mis travesuras, las chicas que me molaban, el parque al que me gustaba ir. Yo sentía un cariño innato por ella. Permaneció en un discreto segundo plano durante todo mi desarrollo. Un mes de julio, coincidiendo con mi mayoría de edad, desapareció removiendo las nubes. Oculté nuestra relación a mis padres para que no sufrieran. Desde que me encontraron de recién nacido en la puerta de casa, se desvivieron por protegerme.
La verdad es que siempre he tenido el corazón dividido entre el cielo y la tierra. Llegué a querer a esa cigüeña, como a una madre.

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