Una
tarde, Mme de Chevigné da la taza de té a una doncella; a ésta se
le cae la cuchara y exclama "¡merde!"
Mme
de Chevigné se vuelve a ella y le dice:
-Niña,
no diga usted eso, que es palabra reservada a los amos.
El cuento. Revista de la imaginación. 143.
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