Jugó
al fútbol de pequeño porque papá decía que el baloncesto era un
deporte de niñas. Estudió ingeniería como agradecimiento a los
desvelos que papá hizo siempre por su porvenir. Se casó por la
iglesia para respetar las creencias religiosas de papá y accedió a
que su primer hijo se llamara Braulio, como papá. Cuando la mala
fortuna lo hizo enfermar y vio que le quedaba poco tiempo llamó a
papá y le dijo, cuida de mi familia.
Papá
los cuidó. El pequeño Braulio fue un buen jugador de fútbol, sacó
la carrera de ingeniero con buenas notas, se casó en la mismísima
catedral y llamó Braulio a su primogénito, como era tradición.
También enfermó.
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