Chuang
Tzu soñó que era una mariposa. Una mariposa cualquiera, una
mariposa anónima, arquetípica. Por eso es un error y un signo de
omnipotencia pretender que una mariposa, cuando sueña con un hombre,
sueñe con ser un hombre específico, sea este Chuang Tzu, Matusalén,
Buda o el carnicero Enrique. Cuando una mariposa sueña que es un
hombre sueña un hombre vacío de identidad, un hombre anónimo,
arquetípico, abstracto. Para una mariposa no existe Chuang Tzu ni
ningún otro hombre en particular. Para una mariposa todos los
hombres son iguales.
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