En
una pared habrá pintado un jardín maravilloso y en la pared de
enfrente, un espejo. Cuando el alma se coloque entre los muros,
tendrá la ilusión de pasear por un jardín, si se pone de cara el
espejo, ya que la reflejará junto a la pintura; pero si se pone
mirando a esta última, solo verá un jardín maravilloso al que no
puede entrar.
La llave dorada, 2014.
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