miércoles, 31 de julio de 2019

Alegoría. Carlos Almira PIcazo.

En una pared habrá pintado un jardín maravilloso y en la pared de enfrente, un espejo. Cuando el alma se coloque entre los muros, tendrá la ilusión de pasear por un jardín, si se pone de cara el espejo, ya que la reflejará junto a la pintura; pero si se pone mirando a esta última, solo verá un jardín maravilloso al que no puede entrar.

La llave dorada, 2014.
 

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