Automovilista en vacaciones
recorre las montañas del centro de Francia, se aburre lejos de la
ciudad y de la vida nocturna. Muchacha le hace el gesto usual del
auto-stop, tímidamente pregunta si dirección Beaune o Tournus. En
la carretera unas palabras, hermoso perfil moreno que pocas veces
pleno rostro, lacónicamente a las preguntas del que ahora, mirando
los muslos desnudos contra el asiento rojo. Al término de un viraje
el auto sale de la carretera y se pierde en lo más espeso. De reojo
sintiendo cómo cruza las manos sobre la minifalda mientras el terror
crece poco a poco. Bajo los árboles una profunda gruta vegetal donde
se podrá, salta del auto, la otra portezuela y brutalmente por los
hombros. La muchacha lo mira como si no, se deja bajar del auto
sabiendo que en la soledad del bosque. Cuando la mano por la cintura
para arrastrarla entre los árboles, pistola del bolso y a la sien.
Después billetera, verifica bien llena, de paso roba el auto que
abandonará algunos kilómetros más lejos sin dejar la menor
impresión digital porque en ese oficio no hay que descuidarse.
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