Di la verdad.
Di, al menos, tu verdad.
Y
después
deja que cualquier cosa ocurra:
que te rompan la
página querida,
que te tumben a pedradas la puerta,
que la
gente
se amontone delante de tu cuerpo
como si fueras
un
prodigio o un muerto.
Fuera de juego, 1968.
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