Cualquiera sabe que la de ajedrecista no es una profesión extravagante y mucho menos peligrosa. Quinientos millones de personas en el planeta Tierra están asociadas a un club de ajedrez y mil quinientos millones saben, por lo menos, las reglas básicas del juego. Pero la excepción que confirma la regla es Nemesio Fattaba, jugador oficial de la bombonería El Caballo Goloso, ya que la especialidad de la casa es un set de piezas que contiene dieciséis trebejos de chocolate oscuro y otros tantos de chocolate blanco. Nemesio juega in situ con los compradores y, si bien intenta que las partidas terminen pronto, nunca come menos de seis piezas por partida, a razón de veintinueve partidas por día. Pesa ciento setenta y ocho kilos y todo el mundo sabe de qué se va a morir.
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