Algunas veces pienso que quisiera
dormirme
para siempre, y que fuera mi vida
una
sesión continua de fantasmas:
criaturas
de humo junto a las que vivir
con
esa intimidad honda y distante
que
acostumbra a tener la propia compañía.
Algunas
veces pienso
que
lo que de verdad quisiera es más sencillo,
y
mucho menos autocomplaciente:
a
besos, a patadas, como fuera,
despertar
de una vez.
Las trampas del tiempo, 1996.
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