A ti que me torturas
cada día
con tus crueles
herramientas,
estoy a punto de
confesarte
una desesperación
más oscura que
todas tus noches
más oscuras.
Fue el día que me
trajiste
la foto de una
mujer
y un niño huyendo
por un camino con
una hilera de árboles,
después vi otra
foto de ellos dos
con sus cabezas
ensangrentadas
en el mismo camino
sinuoso.
había un cielo sin
nubes
de final de verano
y los árboles se
estremecían
con el primer aire
frío
fueron los días en
que pusimos
toda nuestra
confianza en el mundo
sólo para ser
engañados.
Una boda en el infierno, 1994.
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