Había terminado
la guerra, la patrulla emprende la retirada. Un soldado se acerca al
Capitán a pedirle permiso para regresar al campo de batalla a
recoger a un amigo caído. El capitán le niega el permiso:
–No,
es inútil que vayas; ya debe estar muerto.
El
soldado, desobedeciendo la orden, marchó en busca de su amigo.
Pasado un rato volvió con él en brazos… ya muerto.
El
Capitán, al verlo, le dijo:
–Te
lo dije… era inútil que fueras.
Y
el soldado contestó:
–No,
mi Capitán, no fue inútil, cuando llegué aún estaba con vida, y
al verlo me miró y me dijo… “Sabía que ibas a venir”.
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