Definitivamente sin Mick Jagger el
mundo no sería lo mismo. Gracias Mick por esa canción llamada I
can't get no satisfaction. Gracias Mick por la forma como dices
don't play with me because you play with fire mientras uno se
toma una cerveza en el fondo de un
bar junto al humo desolado de un cigarrillo azul en una noche de
jueves mientras llueve, mientras hace frío, mientras pasan los buses
atestados de cabecitas inciertas que salen del trabajo, mientras el
bar se llena de soledades oscuras que vienen a meterse unos vodkas
entre su piel, entre sus ojos, mientras afuera es de noche y adentro
sigue usted señor Mick Jagger vomitando esas palabras de sus labios
gruesos y groseros, esas palabras duras y secas, esas palabras llenas
de whisky, besos y dólares. Gracias señor Mick Jagger por haber
votado a la física mierda sus estudios de economía de la London
School for Economics. Gracias por haber conocido a Keith Richards.
Gracias por sentir ese mismo sentimiento que a veces se siente cuando
todo llega y todo se va, ese sentimiento de vacío ante la estupidez
del mundo, de las palomas y de las nubes, ese sentimiento parecido a
las luces que no permite obtener satisfacción.
John
Lennon tuvo que decir que era más popular que Jesucristo para ganar
más popularidad. Usted señor Mick Jagger no tuvo necesidad de hacer
eso. Usted llegó en helicóptero hasta donde el obispo
de la Iglesia anglicana y hablaba de la juventud, usted le dijo al
obispo que un cacho de marihuana servía para ampliar un poco más
las funciones cerebrales, usted señor Mick Jagger almorzó con el
obispo anglicano y de nuevo se montó a su helicóptero, se fue para
las nubes y siguió diciendo out of my cloud, fuera de mi
nube, vete para la mierda, vete para la mierda la hipocresía, vete
para la mierda las corbatas, vete para la mierda el pelo corto, vete
para la mierda la guerra, vete para la mierda la reina y el rey y el
príncipe, vete para la mierda las canciones dulzarronas de Lennon o McCartney,
vete para la mierda el arroz chino, Biafra, Vietnam, Nixon, el frío
de Londres, los turistas, los productores, las giras, los hoteles,
los periodistas, las lechugas, la crema dental, las naranjas, los
estilógrafos, la bolsa de Nueva York, la de Tokio, la de Berlín.
Señor
Mick Jagger: usted tiene casi cincuenta años y se le notan. Usted ha
vivido como por veinte. Usted siempre fue un niño. A usted señor
Mick Jagger siempre le gustaron las mujeres frágiles. Bueno en
realidad le han gustado siempre de todos los gustos.
Cuando
empezaron, cuando apenas eran unos cagones que tenían que pagarle a
la gente para que fueran a sus conciertos, tenían que encerrarlos
como cerdos en un apartamento para que se pusieran de verdad a
componer canciones.
Señor
Mick Jagger: siga siendo niño, siga siendo así, siga mamándole
gallo a la muerte en cada canción, en cada concierto, en cada
estudio de grabación. Señor Jagger, gracias a usted repetí cuarto
de bachillerato, gracias a usted supe que la vida a veces sabe a cero
en matemáticas, gracias a usted supe que había otras cosas más
allá de Bogotá, Colombia, Suramérica, gracias a usted supe que
estábamos de algún modo en la misma nube de opio.
Un poco triste, pero más feliz que los demás. 2014.
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