jueves, 25 de julio de 2019

Monterroso nunca imaginado. Eva Sánchez Palomo.

Cuando se despertó el dinosaurio todavía estaba allí, así que la pequeña le preguntó:
-¿Qué? ¿Somos ya la princesa y el dragón del cuento?
El dinosaurio miró a la niña (su piel oscura, su pelo rizado negro, sus ojos de azabache), y suspirando con sus 2,3 toneladas de estegosaurio le contestó:
-No, aún no, pero ya queda poco, sigue durmiendo, yo te aviso.

 

4 comentarios: