He
vertido el café en la tacita, he añadido la sacarina, doy vueltas
con la cucharilla y, cuando la saco, observo en la superficie del
líquido caliente un pequeño remolino en el que se dispersa en forma
elíptica la espuma del edulcorante mientras se disuelve. Me recuerda
de tal modo la figura de una galaxia que, en los cuatro o cinco
segundos que tarda en desaparecer, imagino que lo ha sido de verdad,
con sus estrellas y sus planetas. ¿Quién podría saberlo? Me llevo
ahora a los labios la tacita y pienso que me voy a beber un agujero
negro. Seguro que la duración de nuestros segundos tiene otra
escala, pero acaso nuestro universo esté constituido por diversas
gotas de una sustancia en el trance de disolverse en algún fluido
antes de que unas gigantescas fauces se lo beban.
no entendi xd
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