La
niña llegó en el barco de carga. Tenía la naricilla gorda,
hinchada, y los ojos de otro color que los suyos. En el pecho le
habían puesto una tarjeta que decía: «Sabe hablar algunas palabras
en español. Quizá alguien español la quiera».
La quiso un
español y se la llevó a su casa. Tenía mujer y seis hijos, tres
nenas y tres niños.
-¿Y qué sabes decir en español, vamos a
ver? La niña miraba al suelo.
-¿Ser nice?-Y todos se reían-.
Me custa el socolate. -Y todos se burlaban.
La niña cayó
enferma. «No tiene nada», decía el médico. Pero se estaba
muriendo. Una madrugada, cuando todos estaban dormidos y algunos
roncando,
la niña se sintió morir.Y dijo:
-Me muero.
¿Está bien dicho?
Pero nadie la oyó decir eso. Ni ninguna
cosa más. Porque al amanecer la encontraron muda, muerta en español.
Un poema muy bonito
ResponderEliminarConcuerdo con su opinión
EliminarUna obra de arte🧐🧐🧐
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