Con
el último golpe del hacha, el árbol cae pesadamente al suelo. Sin
embargo, los pájaros permanecen inmóviles donde antes estuvieron
las ramas. Acaso porque sólo son la sombra de aquellos pájaros.
Acaso porque la distancia, con su hipnotismo, suele paralizar a los
pájaros. O acaso porque la memoria del árbol muere después.
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