Caminando de noche por un callejón solitario sufrió un ataque al corazón. Ya se caía cuando de la sombra salió alguien que lo sostuvo. Fue a decir «gracias» pero al apoyarse y palpar puros huesos comprendió que no estaban socorriéndolo sino llevándoselo.
El gato de Cheshire, 1965.
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