Otro
relato, recogido cerca de Oldenburg, en el Ducado de Holstein, trata
de una dama que comía y bebía alegremente y tenía cuanto puede
anhelar el corazón, y que deseó vivir para siempre. En los primeros
cien años todo fue bien, pero después empezó a encogerse y
arrugarse, hasta que no pudo andar, ni estar de pie, ni comer ni
beber. Pero tampoco podía morir. Al principio la alimentaban como si
fuera una niñita, pero llegó a ser tan diminuta que la metieron en
una botella de vidrio y la colgaron en una iglesia. Todavía está
allí, en la iglesia de Santa María, en Lübeck. Es del tamaño de
una rata y una vez al año se mueve.
Antología de la literatura fantástica. Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Silvina Ocampo.
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