miércoles, 1 de octubre de 2025

El contenido del canto. Isar Hasim Otazo.

Las sirenas estaban rodeadas de una pila de huesos humanos putrefactos, cubiertos de piel seca. Ese dato, sin verificar, dio lugar a la leyenda de que su pérfido canto perdía a los hombres. Pero, en realidad, las sirenas sólo dicen la verdad. Por eso, casi todos se tapan los oídos ante ellas, no vaya a ser que la verdad les haga daño; hay otros, muchos menos, que se atreven a oír la verdad, pero aferrados al mástil de sus certezas, de las que piden no ser arrancados, no importa lo que supliquen durante la experiencia; y, finalmente, hay otros, demasiado escasos, que corren el riesgo de ir hacia las sirenas y escuchar la verdad, a sabiendas de que la partida tiene consecuencias incalculables.