Muy señores míos:
Antes de morir quiero hacerles a Vds. una revelación importante para que tomen las medidas que se imponen.
Durante los fortísimos
dolores que he padecido por causa de la operación que he sufrido, he
logrado identificar en los momentos de "sublimación del dolor" a unos
"seres espirituales". Estos seres, pude darme cuenta de que se
"alimentaban de mi dolor".
He llegado, pues, tras
múltiples experimentos, a esta conclusión: en nuestro ambiente viven
unos seres que, por simple instinto de conservación, tienden a fomentar
el dolor entre los humanos. Para ello intentan incrementar tanto las
desgracias llamadas espirituales como los sufrimientos físicos.
A veces, cuando,
encerrado en mi habitación, logro ver mi miedo (es una masa de agua que
flota), mi esperanza (es una mano cortada) y mi imaginación (es una caja
pequeña de cuero de la que sale humo) también veo a estos seres
espirituales que son como unos pañuelos de papel que vuelan.
Espero que, gracias a mis datos, puedan luchar contra esta terrible plaga de la humanidad.
Les saluda muy cordialmente...
Fernando Arrabal, La piedra de la locura.
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