martes, 22 de marzo de 2016

El arzobispo de Constantinopla. Juan Yanes.

He oído rumores de que el Arzobispo de Cosntantinopla se quiere desarzobispoconstantinopolizar. ¿Pero cuándo se dará cuenta el señor ese que siendo Arzobispo de Constantinopla no se puede desconstantinopolizar y mucho menos se puede desarzobispocontantinopolizar? ¿Me quieren decir ustedes dónde están los desconstantinopolizadores que puedan coger, no ya a una persona cualquiera, sino al mismísimo Arzobispo de Constantinopla y desconstantinopolizarlo? Cuando yo era niño, le preguntaba a mi padre, que era un pelmazo, que me explicara por qué razón el Arzobispo de Constantinopla se quería Desconstantinopolizar, porque ese es el quid de la cuestión. Él, aprovechaba la pregunta y hacía un circunloquio que me dejaba patidifuso, y me decía que el problema estaba en encontrar a un buen desconstantinopolizador que lo descontantinopolizara, porque si no, era imposible desconstantinopolizar a nadie, pero nunca me decía por qué el Arzobispo quería hacerlo. El de mi padre era un discurso puramente tautológico. Ahora, que soy mayor, y llevo unos cuantos años indagando la cuestión, he llegado a la conclusión de que el Arzobispo de Constantinopla era un insensato, ¿qué sentido tiene desconstantinopolizarse en estos tiempo que es punto menos que imposible encontrar un buen desconstantinopolizador que lo desconstantinopolice a uno con ciertas garantías? Ningún sentido, pues ya está. Ahora comprendo al pesado de mi padre: estudiar al excéntrico Arzobispado de Constantinopla es una tautología.


El obispo de Constantinopla, de Juan Yanes ha sido extraído de su blog personal Máquina de coser palabras. 
Imagen: San Juan Crisóstomo, obispo de Constantinopla.

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