Es ligero y pesa,
Es amorfo y redondo.
Se oye su silencio.
Se viste de ceniza.
Provoca vómito.
Te obliga a olvidar
quién eres, qué buscabas.
Hace de tus palabras
inútiles sonidos. Se ríe
de tu inocencia. Escupe
en tu pasado y en tu fe.
Estremece su frío. Te empuja
a que huyas de ti. A esconderte
de tu pasado efímero,
a hacer inútil todo
esfuerzo por saber
en qué anaquel se encuentra el libro
que buscas. Al final
pisa el alma. Y lo sabes
cuando no puedes hacer nada
para borrarlo o redimirlo
y entonces te cuestionas
por qué viniste a este lugar tan raro,
por qué no puedes
regresar a la nada compasiva.
Hablando con un haya. 2010.
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