En los inicios de la Conquista,
se redactó en España un documento que debía ser leído a todos los
pobladores del continente americano. Este texto se conoce con el
nombre de Requerimiento de Palacios Rubio.
El gobernador de Tierra Firme lo
recibió en 1526 con la orden de obligar con él a los indígenas a
que admitiesen su conversión a la religión católica y aceptaran su
condición de súbditos de la Corona española.
El requerimiento empezaba
explicando el hecho de la creación y como, a partir de allí, todos
los habitantes de la Tierra, incluidos los indígenas, eran hijos de
Dios y estaban obligados a obedecer los mandatos de la Iglesia y del
Rey.
Si no se sometían, el
gobernador tenía permiso a hacerles la guerra, a tomar a sus mujeres
y a sus hijos y volverlos sus esclavos, para apropiarse de todos sus
bienes y a practicarles los males y daños que merecían como
vasallos que no querían recibir a su Señor. El Requerimiento
de Palacios Rubio terminaba así: “Las muertes y daños que
resulten de todo ello serán vuestra culpa y no de Su majestad, ni
mía, ni de estos caballeros que conmigo vinieron”.
Este documento era leído en
español, idioma totalmente desconocido para los indígenas.
No es cuento, es historia, 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario