jueves, 14 de abril de 2022

Por el ojo de la aguja. Lilian Elphick.

Está nublado en el desierto; los Tres Reyes Malos no pueden dar un paso más sin la guía del lucero. Acampan. Cuando se les termina el alimento, destripan a los camellos y beben sangre. Gaspar huye con el oro, el incienso y la mirra. Baltasar lo persigue hasta darle alcance y cercenarle ambas manos por robar tan preciados regalos. Baltasar vuelve al campamento. Melchor se ha comido los restos de los animales y duerme. Baltasar lo degüella y su cabeza rueda por las infinitas dunas. Baltasar entonces mira al cielo y grita: ¡Dios, haz que se despeje, de lo contrario seguiré matando! Pero Dios le envía la más torrencial de las lluvias y le dice: No puedes matar a nadie más. Estás solo.
Las aguas han tapado casi por completo al último rey. Antes de ahogarse, farfulla: ¡Cómo que solo! ¿Y tú?

Del blog de la autora: Ojo Travieso.

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