X
– Este día cuando había luz madre me llamó náusea. Me das
náuseas, dijo. Vi la ira en sus ojos. Me pregunto qué es una
náusea.
Este
día caía agua desde arriba. La oí por todas partes. La vi. Miré
al suelo de la parte trasera desde la ventanita: chupaba el agua
igual que labios sedientos. Bebió demasiado y se puso enfermo y todo
marrón y blando. No me gustó.
Madre
es bonita lo sé. En mi sitio cama con paredes frías alrededor tengo
un papel que estaba detrás del horno. Encima dice Estrellas de la
Pantalla. En las imágenes veo caras como padre y madre. Padre dice
que son bonitas. Lo dijo una vez.
Y
madre también. Madre tan bonita y yo bastante decente. Mírate dijo
él y no tenía el rostro agradable. Le toqué el brazo y respondí
está bien padre. Se estremeció y se apartó hasta donde yo no
llegaba. Hoy madre me ha soltado un poco de la cadena para que
pudiera mirar por la ventanita. Así es como he visto caer el agua de
arriba.
XX
– Este día arriba estaba dorado. Cuando lo miraba los ojos me
dolían, ya lo sé. Luego miro al sótano está rojo.
Creo
que esto era iglesia. Dejan el arriba. La gran máquina se los traga
y se va rodando y desaparece. En la parte de atrás va la madre
pequeña. Es mucho más menuda que yo. Yo soy grande. Es un secreto
pero he arrancado la cadena de la pared. Puedo mirar por la ventanita
todo lo que quiera.
En
este día cuando se puso oscuro había comido mi comida y unos
bichos. Oigo risas arriba. Me gusta saber por qué hay risas. Cojo la
cadena de la pared y me envuelvo con ella. Voy hacia la escalera
haciendo ruidos. Cuando camino sobre ella cruje. Las piernas me
resbalan porque no camino por la escalera. Mis pies se pegan a la
madera.
Subí
y abrí una puerta. Era un lugar blanco. Blanco como las joyas
blancas que llegan de arriba algunas veces. Entré y me quedé
quieto. Oigo un poco más de risa. Camino hacia el sonido y miro a la
gente. Más gente de la que yo pensaba existía. Pensé que debería
reírme con ellos.
Madre
salió y empujó la puerta. Me dio y me hizo daño. Caí de espaldas
sobre el suelo pulido y la cadena hizo ruido. Grité. Madre silbó
por dentro y se puso la mano en la boca. Sus ojos se hicieron
grandes.
Me
miró. Oí a padre. Qué se había caído decía. Ella respondió que
una plancha. Ven ayúdame a recogerla dijo. Él vino y dijo vamos
tanto pesa eso que necesitas ayuda. Me vio y se enfadó mucho. La ira
llenó sus ojos. Me pegó. Unas pocas de las gotas procedentes de mi
brazo cayeron en el suelo. No resultaba nada agradable. Hacía muy
feo. Verde a mis pies.
Padre
me dijo que fuera al sótano. Tuve que ir. Ahora la luz me daba un
poco los ojos. En el sótano no pasa igual.
Padre
me ató los brazos y las piernas. Me puso en mi cama. Arriba oigo
risas mientras que yo estoy callado mirando una araña negra que baja
hacia mí. Me pareció oír que padre decía algo. Oh dios dijo. Y
sólo tiene ocho años.
XXX
– Este día padre volvió a clavar la cadena antes de que hubiera
luz arriba. Tengo que probar a sacarla de nuevo. Dijo que yo era malo
por subir. Dijo que nunca debía hacerlo otra vez o me pegaría
mucho. Eso duele.
Me
duele. Duermo el día y apoyo mi cabeza en la pared fría. Pensé en
el lugar blanco de arriba.
XXXX
– Saqué la cadena de la pared. Madre estaba arriba. Oí pequeñas
risas muy agudas. Miré por la ventana. Vi pequeña gente como la
pequeña madre y pequeños padres también. Son bonitos.
Hacían
un ruido muy agradable y saltaban. Sus piernas se movían aprisa. Son
como padre y madre. Madre dice que toda la gente que está bien se
parece a ellos.
Uno
de los pequeños padres me vio. Señaló hacia la ventana. Me solté
y resbalé pared abajo hacia lo oscuro. Me enrosqué para que no
vieran. Oí hablar junto a la ventana y pies corriendo. Una puerta
sonó arriba. Oí a la pequeña madre decir algo arriba. Oí pasos
fuertes y corrí a mi sitio de la cama. Puse la cadena en la pared y
me tendí de cara.
Oí
bajar madre. Has estado en la ventana dijo. Oí la ira. Apártate de
la ventana. Has vuelto a sacar la cadena.
Cogió
el palo y me pegó con él. No lloré. No puedo hacer eso. Pero el
llanto corrió por toda la cama. Ella lo vio y se apartó haciendo un
ruido. Oh diosmío diosmío dijo ¿por qué me has hecho esto? Oí
que el palo rebotaba en el suelo de piedra. Ella corrió arriba.
Dormí durante el día.
XXXXX
– Este día tuvo agua otra vez. Cuando madre estaba arriba oí a la
pequeña bajar despacio los peldaños. Me escondí en la carbonera
porque madre tendría ira si la pequeña madre me veía.
Tenía
una cosa pequeña viva con ella. Caminaba sobre los brazos y tenía
orejas puntiagudas. Ella le decía cosas.
Todo
estaba bien excepto que la cosa viva me olió. Corrió por el carbón
arriba y me miró desde allí. Los pelos se le erizaron. Hizo un
ruido de enfado con la garganta. Yo bufé pero saltó sobre mí.
Yo
no quería hacerle daño. Tuve miedo porque me mordía más fuerte
que la rata. Me dolió y la pequeña madre gritó. Yo cogí a la cosa
viva apretando mucho. Hizo sonidos que yo nunca había oído. Apreté
hasta aplastarla toda. Se quedó llena de bultos y roja sobre el
negro carbón.
Cuando
madre llamó me escondí aquí. Tenía miedo del palo. Se fue. Me
arrastré por encima del carbón con la cosa. La escondí bajo mi
almohada y me eché encima. Pongo otra vez la cadena en la pared.
X
–Esta es otra vez. Padre me ha encadenado bien fuerte. Me duele
porque me pegó. Esta vez le quité el palo de las manos e hice un
ruido. Se fue y llevaba el rostro blanco. Salió corriendo de donde
duermo y cerró la puerta.
No
estoy tan contento. Todo el día aquí es frío. La cadena sale
despacio de la pared. Y estoy muy enfermo con padre y madre. Les
enseñaré. Haré lo que hice esa vez.
Gritaré
y me reiré muy fuerte. Correré por las paredes. Al final me colgaré
abajo con todas mis piernas y reiré y les dejaré caer gotas verdes
encima hasta que sientan no haber sido buenos conmigo.
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