miércoles, 11 de abril de 2018

Hambre. Fernando Iwasaki.

Cuando los otros niños regresan a casa y el parque se queda solo, mamá reparte la comida y me pide que sea más educado. Creo que a mamá no le gusta cómo come papá, que chupa los huesos hasta dejarlos limpitos. Pero yo no podría comer así porque mamá sólo me da los pescuezos, las vísceras y otras presas sin importancia. Si me diera una pata seguro que me la comería como papá, porque ya me han salido los dientes y no soporto que me den lo que nadie quiere. Mamá dice que cuando sea capaz de cazar mis propios niños podré comer lo que me dé la gana, así que mañana lo intentaré con ese rubito que juega en la arena, mientras su niñera se morrea con el novio.

 

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