sábado, 30 de octubre de 2021

El pañuelo de hilo. Elena Casero.

Algunos lloran, sobre todo las señoras de buen corazón que se arrebujan en sus abrigos de pieles, tiritando de tristeza y enjugándose unas lagrimillas mientras observan la escena del mendigo destripado en medio de la calle, reteniendo el tráfico que lo rodea, atropellado frente a la puerta de la iglesia, protegido por un chucho desgreñado que no para de aullar.

Tapándose la boca con un pañuelito de hilo dice una:

-¡Qué lástima! Alguien debería llamar a la perrera.

 

Discordancias, 2011.

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