Me chupas la sangre, me sorbes los sesos, me devoras las entrañas, me roes el corazón y quieres, encima, que coma de tu mano y beba por ti los vientos. Hace falta estómago para soportarte. Vete a freír espárragos. Ni al que asó la mantequilla se le ocurre. No te trago.
No hay comentarios:
Publicar un comentario