sábado, 26 de noviembre de 2022

La autopsia de la sirena. Rosa Yáñez.

La autopsia de la sirena arrojó resultados muy interesantes: la incisión que se abrió desde el ombligo al cuello descubrió un par de aletas pectorales —atrofiadas bajo la piel—  que cubrían el corazón, el hígado púrpura, el estómago —vacío—  y los intestinos enredados y viscosos. Bajo estas vísceras, dos huevas —hinchadas— que ocultaban un extraño órgano que debía de hacer las veces de aparato respiratorio de la criatura. Y al final la espina dorsal arrebatada de púas.
Sin embargo, lo más interesante vino después: seccionando desde el ombligo hasta el final de la cola, ésta se abrió como una vaina dejando al descubierto dos torneadas piernas de mujer enfundadas en medias con costura trasera y unos pies pequeños aprisionados en un par de zapatos de tacón. Al retirar el calzado —hicieron falta unas tenazas—  se reveló que tenía las uñas pintadas de rojo.

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