Eran mujeres y por eso debían sufrir más. Pero ellas no lo sabían. Cuando frente a su resistencia a violaciones y torturas los conquistadores las colgaron de los árboles, lloraban por sus pequeños abandonados. Después, a los niños los colgaron de sus pies. Pero ellas tampoco lo supieron.
¡Basta! Cien mujeres contra la violencia de género, 2013.
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