Todos los miércoles voy a una librería diferente y pido al azar un libro, inventando en el acto un título cualquiera que se me ocurre que un buen libro merecería. «¿Tiene Artificios? ¿Tiene El último sueño?», le disparo al vendedor que siempre parece un tanto dormido. Si me exigen otros datos —el autor o la editorial—, digo de forma sistemática que no lo sé. Raras veces el libro existe y lo compro. Raras veces ocurre que lo leo y es tal como había supuesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario