¿Qué
ocurriría si una mujer despertara una mañana convertida en hombre?
¿Y si la familia no fuera el campo de entrenamiento donde el niño
aprende a mandar y la niña a obedecer? ¿Y si hubiera guarderías
infantiles? ¿Y si el marido compartiera la limpieza y la cocina? ¿Y
si la inocencia se hiciera dignidad? ¿Y si la razón y la emoción
anduvieran del brazo? ¿Y si los predicadores y los diarios dijeran
la verdad? ¿Y si nadie fuera propiedad de nadie?
Charlotte
Gilman delira. La prensa norteamericana la ataca llamándola madre
desnaturalizada; y más ferozmente la atacan los fantasmas que le
habitan el alma y la muerden por dentro. Son ellos, los temibles
enemigos que Charlotte contiene, quienes a veces consiguen
derribarla. Pero ella cae y se levanta y cae y nuevamente se levanta
y vuelve a lanzarse al camino. Esta tenaz caminadora viaja sin
descanso por los Estados Unidos y por escrito y por hablado va
anunciando un mundo al revés.
Memoria del fuego III. El siglo del viento, 1986.
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