viernes, 8 de noviembre de 2019

En el olvido. Nélida Magdalena González de Tapia.

Nos llaman los malditos sin ninguna razón. Por las noches, a la misma hora, todos salimos a visitar nuestros antiguos hogares. Nos sentimos desilusionados, nuestras moradas están totalmente abandonadas.
Nadie se ocupa de nosotros y ni siquiera piensan que somos parte de su pasado. Cada uno regresa a su antigua residencia y la recorre en busca de un poco de amor. Nos presienten y se asustan. Nosotros no queremos atemorizarlos, queremos su compañía y su amor.
A veces, cuando nos reunimos al regresar, nos preguntamos si realmente existió algún afecto. Pero nadie encuentra respuesta. Recorremos durante la noche todo aquello que nos hizo feliz, nuestros lugares favoritos y aquello que la vida nos dio y que perdimos.
No entendemos tanta desidia, hicimos todo lo que pudimos y dimos todo lo que estaba a nuestro alcance. Pero por lo visto no alcanzó, no fue suficiente para ellos.
¿Nosotros somos los malditos porque queremos estar con ellos? No tenemos la culpa de estar en el lugar que estamos, ni tampoco de que nos intuyan y sientan un temor inexplicable.
Volvemos a nuestro lugar antes del amanecer, muy tristes. Nunca nadie trae una buena noticia, solamente compartimos los comentarios que escuchamos maldiciendo nuestra presencia.
Somos almas abandonadas, que deambulan en la noche, pero como dije antes no somos nosotros los malditos. Nos dejaron tirados en una fosa y se olvidaron. Nosotros los fantasmas pedimos un poco de cariño y que alguna vez alguien nos lleve una flor silvestre para poder descansar en paz, pensando que algún ser nos tuvo afección.

Internacional Microcuentista, 2011.
 

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