sábado, 25 de diciembre de 2021

Los espejos. Luis García Montero.

A Luis Muñoz

No importa si has dormido poco o mucho,

los espejos de hotel nunca perdonan

y son como animales de montaña

que no aceptan el trato de los hombres.

La luz de los espejos familiares

se apiada de nosotros, sin embargo

nos ayuda a fingir, y por afecto

o por costumbre llega a perdonarnos.

Yo sé que los espejos son el agua

estancada de un río que se mueve

Y he visto cómo el sol que reverbera

puede ocultar el cieno de las sombras.

Pero quien mira al fondo de sus ojos

ve las grietas del tiempo, las arañas

de un pasado que surge de improviso

en mañanas de hotel y nos ofende.

Para qué contestar. Cierra los ojos,

porque no hay otra cosa que envejezca

peor que tu mirada.

 

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