Pterodáctilos,
paquidermos y palmípedos, la plena patota, pasean sus pasmadas
pintas por las páginas del pasquín pituco protestando porque
pidieron permiso para poder poner las patas en la pileta de Parque
Palermo pero prohibiéronselo. Perros de pocas pulgas los putearon, a
patadas los piantaron del parque.
Protegidos
por Ptolomeo —pseudónimo del psicólogo— pterodáctilos,
paquidermos y palmípedos pierden la paciencia. Ponen pies en
polvorosa y parten a los pedos para otra parte pública del planeta.
Parecen perdidos, platican pelotudeces. Pronto piden perdón por no
poder permanecer pasivos y persistentes pónense las pilas, pecando
por promiscuidad. Porfiados perversos polimorfos, se aparean
plenamente pariendo poco a poco personajes perfectos para su
propósito. Pájaros de pico prehistórico, plúmbeo plumaje
pesadísimo y patas de pato: los pelícanos.
Moraleja:
De
las más estrambóticas uniones pueden nacer criaturas sorprendentes
o
No hay mal que
por bien no venga.
lunes, 5 de diciembre de 2022
Microfábula (P de suPernumeraria). Luisa Valenzuela.
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